Dahmer siempre había tenido la fantasía sexual de recoger a un autoestopista y acostarse con él, pero Steven no era homosexual y cuando se quiso ir, Dahmer no lo pudo soportar y lo golpeó en la cabeza. Después lo estranguló con una pesa, lo desmembró y lo puso en bolsas de plástico. Lo metió en su coche porque quería tirar los restos en el barranco, pero a mitad de camino la policía lo detuvo porque conducía demasiado a la izquierda.
Le preguntaron por las bolsas que llevaba en su asiento trasero y Dahmer les contestó que era basura, la policía lo creyó. Le hicieron el test de alcoholemia y ese día iba sobrio, por lo que le pusieron una multa por conducir fuera de su carril y dejaron que se fuera.
Entonces volvió a casa nuevamente con los restos de Steven y se los llevó al sótano, menos la cabeza, que la subió al baño del segundo piso y la lavó. Después la apoyó en el suelo para masturbarse.
Volvió a llevarla junto al resto del cuerpo y guardó los restos del cadáver en una tubería de la casa.
En otoño de 1978 comenzó sus estudios en la Ohio State University, aunque debido a sus problemas con el alcohol abandonó los estudios en el semestre siguiente.
Su padre lo convenció entonces de que entrara en el ejército en 1979 y aceptó. Lo enviaron a Alemania y allí estuvo durante un tiempo, pero también fue dado de baja por su alcoholismo.
Al volver a casa, desenterró los restos del cadáver de Steven y destruyó sus huesos, esparciéndolos después en la maleza.
Se fue a vivir a Florida y al final, volvió a su casa en Ohio.
Después de haber cometido su primer asesinato se sentía culpable y muy asustado, por lo que intentó reprimir sus deseos sexuales-homicidas y comenzó a ir a una iglesia. Dejó el alcohol y se mantuvo en estado de celibato.
Estuvo así varios años, es el motivo por el que haya una franja de diez años entre un asesinato y otro.
Pasados esos diez años, comenzó nuevamente a beber y frecuentar lugares de ambiente gay.
En 1986 intentó desenterrar el cuerpo de un joven que había muerto unos días antes para disfrutar de su cuerpo. Unos días después era detenido por exhibicionismo público.
Conoció a Steven Toumi en un bar gay en septiembre de 1987. Bebieron mucho y fueron a su habitación de hotel. En este caso, Dahmer no recuerda cómo lo asesinó, sólo que cuando se despertó por la mañana estaba muerto.
Compró una maleta para deshacerse del cadáver, lo metió y lo llevó al sótano de la casa de su abuela. Mantuvo sexo con el cadáver, que también desmembró y tiró a la basura.
La cabeza de Steven se la quedó, la hirvió y blanqueó para exponerla como trofeo en su dormitorio.
Unos meses después conoció a Jamie Doxtator, que era un joven de catorce años que rondaba por los bares de los homosexuales buscando a alguien para mantener relaciones. De la misma manera conocería a Richard Guerrero en marzo de 1988.
El 25 de septiembre de 1988 se mudaba a un apartamento en Milwaukee y al día siguiente de estrenar su nueva casa, ofreció a un chico laosiano de 13 años de que posara para hacerle unas fotografías. Lo drogó y después abusó de él.
La cabeza de Steven se la quedó, la hirvió y blanqueó para exponerla como trofeo en su dormitorio.
Unos meses después conoció a Jamie Doxtator, que era un joven de catorce años que rondaba por los bares de los homosexuales buscando a alguien para mantener relaciones. De la misma manera conocería a Richard Guerrero en marzo de 1988.
El 25 de septiembre de 1988 se mudaba a un apartamento en Milwaukee y al día siguiente de estrenar su nueva casa, ofreció a un chico laosiano de 13 años de que posara para hacerle unas fotografías. Lo drogó y después abusó de él.
Los padres del menor lo denunciaron y el 30 de enero de 1989 fue declarado culpable y enviado a la cárcel, donde sólo estaría 10 meses.
Durante aquel proceso conoció a Anthony Sears en un bar y le ofreció dinero para sacarle unas fotografías. Lo llevó a la casa de su abuela y allí lo estranguló. Tuvo sexo con el cadáver del joven y después lo desmembró.
Dahmer mataba a sus víctimas porque se negaban a quedarse con él en la casa.
Al salir de la cárcel después de haber pasado diez meses de condena, asesinaría a doce hombres más hasta julio de 1991.
Siempre hacía lo mismo, los invitaba a ver pornografía o les ofrecía dinero para sacarles fotografías. Les ponía droga en la bebida, los estrangulaba, mantenía relaciones sexuales encima de los cuerpos y después tomaba esas fotografías. Seguidamente los desmembraba, proceso que también fotografiaba paso a paso.
Utilizaba ácidos para deshacer la carne y los huesos, pero se quedaba con la cabeza y genitales como trofeo.
Se comió a algunas de sus víctimas, de esa manera tenía la sensación de que formarían parte de él.
En mayo de 1991, llevaba a su casa a Konerak Sinthasomphone, que era el hermano del joven por el que había sido procesado por abuso. Lo drogó y le realizó unas trepanaciones en el cráneo para inyectarle ácido en el cerebro.
Quería controlar a sus víctimas, por lo que les hacía trepanaciones con el objetivo de convertirlos en una especie de "zombies".
Konerak conseguía escapar cuando Dahmer había salido a tomarse una cerveza a un bar.
Los vecinos llamaron a la policía cuando lo vieron correr desnudo.
Dahmer, al darse cuenta de que el joven se había escapado lo persiguió. El joven tuvo que enfrentarse a la policía y muchos curiosos, no podía hablar porque estaba bajo los efectos del ácido que le había inyectado el asesino. En la comisaría estaba acompañado por Sandra Smith y su prima Nichole Childress, además de otro hombre. Ellos le aseguraron a la policía que habían visto cómo Konerak se negaba a estar con Dahmer, además de que aseguraban que creían que no era mayor de edad.
Dahmer le dijo a la policía que el joven tenía 19 años era su amante y que estaba alcoholizado. Increíblemente la policía creyó en su versión, lo acompañaron a su casa y creyeron todo lo que el asesino les había contado.
Aquel día, si la policía hubiera revisado la casa de Dahmer se habrían encontrado con un cuerpo que había en una de las habitaciones, además de cientos de pruebas por toda la casa de otros crímenes. De hecho, las tres personas que habían acompañado a Konerak volvieron a llamar a comisaría para decir que en realidad tenía 14 años, pero la policía no los creyó.
El joven realmente tenía 14 años, pero la policía había creído a Dahmer, depositando al joven moribundo en una silla. La casa estaba recogida, ordenada pero desprendía tanto hedor en su interior, que la policía se preocupó más por salir cuanto antes que por investigar. Acababan de estar en el santuario de un asesino en serie que les había puesto todo en bandeja y no hicieron nada. Además de que finalmente estranguló a Konerak esa misma noche.
Dahmer diría después, que sentía la afición de crear un zombie, porque de esa manera sería silencioso y sumiso, haciendo todo lo que él le pidiera y quedándose con él para hacerle compañía.
El 22 de julio de 1991 conoció a su última víctima. Se llamaba Tracy Edwards, que consiguió escapar estando esposado.
Afortunadamente la policía esta vez, decidió investigar cuando Tracy denunció lo que había pasado y los llevó a la casa de aquel hombre que le había dicho que le iba a arrancar el corazón para comérselo.
Los agentes fueron al domicilio de Dahmer y comenzaron a revisar las habitaciones. En una de ellas encontraron varias fotografías de cadáveres y por el resto de la casa restos humanos, además de una cabeza en el congelador.
Aunque Dahmer intentó huir, lo detuvieron.
Las paredes estaban llenas de sangre, tenía siete cráneos, muchos huesos y cuerpos mutilados. Guardaba los corazones en la nevera, también solía tener cuerpos descompuestos en la cama.
La policía contaba horrorizada lo que había encontrado en aquella casa.
Unos días después de que Dahmer fuera detenido, varios de sus vecinos dispararon en las puertas de su casa por el terror que les producían los crímenes cometidos por el asesino.
Dahmer hizo una declaración completa de toda su trayectoria una vez que estaba detenido. No se resistió porque no podía culpar a nadie salvo a él mismo, según dijo su abogado.
Park Dietz, psiquiatra forense que participó en un estudio sobre asesinos en serie del FBI, dijo que Dahmer encajaba en la subcategoría denominada "marginal", una persona propensa a la furia asesina si cree que está siendo abandonada, con una perversión capaz de realizar actos sexuales con la víctima una vez muerta.
Dahmer cumplía con esa teoría perfectamente. Había fracasado tanto en su casa, como en los estudios primarios, secundarios, universidad y ejército. Se sentía humillado, evitado, echado a un lado y desamparado. Aquellos sentimientos los proyectó en sus víctimas, a las que humillaba, descuartizaba, comía y también dejaba de lado.
El 27 de enero de 1992 durante el juicio, Dahmer cooperó y se mostró sincero ante todos. Su comportamiento era el típico de un asesino en serie, pero ni él entendía cómo había cometido aquellas atrocidades, no creía lo que había hecho. Tenía tantas fantasías, que se habían apoderado de su mente, llevándolo a matar continuamente.
Aunque la defensa intentó que Dahmer pasara el resto de su vida en un hospital, el jurado, después de 5 horas deliberando, no creyeron que debiera de ser así y lo declararon sano y culpable.
Dahmer declaró por última vez: "Su señoría, todo ha terminado, nunca quise la libertad, francamente quiero la muerte para mi mismo. Lo que hice no fue por razones de odio, no odio a nadie, yo no sabía que estaba enfermo o que era maligno. Ahora sé que estaba enfermo, los doctores me han hablado acerca de mi enfermedad y ahora tengo algo de paz. Sé cuanto daño he causado... y le doy gracias a Dios que no podré hacer más daño. Creo que sólo el señor Jesucristo puede salvarme de mis pecados. No pido ninguna consideración. Me siento muy mal por lo que hice a esas pobres familias y comprendo su merecido odio. Asumo toda la culpa por lo que hice. He hecho daño a mi madre, a mi padre y a mi madrastra, pero les quiero mucho".
Lo sentenciaron a quince cadenas perpetuas y un total de 957 años de cárcel.
Lo enviaron a la penitenciaria de Columbia y allí se adaptó bastante bien. Fue atacado por un cubano que veía por primera vez el 3 de julio de 1994, pero salió ileso.
En la cárcel fue un prisionero modelo, pidiendo que lo dejaran tener mas contacto con los internos y de esa manera pudo estar comunicado con ellos, comiendo en las áreas comunes. Un día, lo dejaron a solas con dos internos muy peligrosos en una celda, Jesse Anderson, un hombre blanco condenado por matar a su esposa, que le echó la culpa a un negro Christopher Scarver, un enfermo mental que creía ser el hijo de Dios y que también cumplía condena por asesinato. Aquel día era el 28 de noviembre de 1994 y tras veinte minutos que los tres presos estuvieron solos, el guardia entró en la celda y encontró a Dahmer con la cabeza destrozada, a Anderson con heridas graves y a Scarver con una barra ensangrentada en la mano.
A las 9:11 de la mañana, Dahmer fue declarado muerto.
Cuando los padres de Dahmer se enteraron de su muerte, se pelearon por la posesión de su cerebro, enfrentándose incluso en los tribunales. Su madre quería venderlo a un hospital de investigación mental y su padre quería enterrarlo lejos de todo el mundo.
Los parientes de las víctimas de Dahmer, que estaban representados por un abogado, también hicieron negocio con los utensilios que el asesino había utilizado para trocear y desangrar a sus víctimas.
La nevera donde había guardado tantos restos humanos y cabezas fue subastada públicamente, al igual que otros utensilios como varios cuchillos, taladros, picadoras y sierras.
Incluso unos ciudadanos de Milwaukee compraron el lote completo de todos esos utensilios para montar el "museo del horror" para atraer a turistas, pero no se atrevieron a hacerlo y todo el legado del caníbal fue destruido.
Lo que demuestra el caso de Dahmer, es que las penas para las personas acusadas de delitos sexuales deben de ser más duras y sobre todo, se debería de llevar un seguimiento intenso de todas ellas, porque escasas veces, estos delitos quedan atrás para los que lo cometen, casi siempre... repiten y en la mayoría de las ocasiones, de manera más grave. Existen cientos de estudios en los que numerosos expertos en psiquiatría y psicología, no logran de ninguna manera reinsertar a este tipo de personas y si es así, deben de estar aislados. Dahmer fue detenido en más de una ocasión, si se hubieran tomado otro tipo de medidas, se habrían evitado todas esas muertes.
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